Asesoria y psicoterapia

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lunes, 17 de enero de 2011


Los celos son únicamente desconfianza y la persona insegura generalmente acusa de indebidamente a su pareja por diferentes situaciones, generalmente tiene su inicio desde el noviazgo y perdura hasta el matrimonio llegando a ser tan nocivo que destruye la relación en cuanto esta a vivir de forma independiente.

La codependencia es una característica muy marcada en las personas celosas dicho de otra forma, un individuo celoso pasa la mayor parte de su tiempo persiguiendo o vigilando a su pareja, perdiendo libertad, identidad y aumentando su desconfianza ya que de esa forma puede trasladar su fantasía hacia su pareja imaginando que algún día descubrirá a su pareja en un acto de infidelidad y es lo que les da la oportunidad constante de encontrar un motivo para mantener dichos celos, aunque no exista ningún motivo real, aunque esto solo sea una forma de ocultar su inseguridad.

Cuando esto ocurre hablamos de que hay una total ausencia de amor y confianza y una abundante cantidad de inseguridad y desconfianza entonces es prudente que nos preguntemos ¿si no amo ni confió en mi pareja para que estoy con él o ella? Claro que se requiere de un alto grado de compromiso con uno mismo para poder ser objetivos y distinguir entre la codependencia y el amor. Cuando existe desconfianza en una persona y en una relación esta crece a desmesuradamente y lleva a la persona celos a caer en juicios y conclusiones que no pertenecen a la realidad, de ahí que se desencadenen episodios de humillación, exigencias, mentiras, etc.

El cuadro compulsivo de celos se caracteriza por no identificar la realidad del comportamiento de su pareja y llevarlo a un extremo en donde el individuo afirma que su pareja es mentiroso(a) y que siempre actúa de mala fe y esto lleva a ubicar a su pareja en el peor de los conceptos.

Algo que incomoda mucho a los que padecen de esta codependencia es su lucha interna por acabar con ello, pero es precisamente que buscan o culpan a lo externo (su pareja) lo que no pueden resolver interiormente y esta lucha la cual las personas codependientes desconocen es su totalidad y que nutren constantemente por sus comportamientos negativos los llevan a cuadros de depresión muy severos.

Por otra parte esta la víctima, la cual sufre los actos de acoso, desconfianza, humillación, agresión verbal, física y mental, llegando al grado de amenazas tales como “si me dejas te quito la vida o me quito yo la vida” “si no eres mío (a) no serás de nadie” “me volvería loco si me dejas” y desde luego no se dan cuenta un acto de locura por ambas partes es el permitirse vivir esto, ya que desde mucho tiempo atrás de que un cuadro de este tipo se presente la relación estaba terminada.

Aunque es bien sabido el celoso compulsivo dirá en repetidas ocasiones que cambiará, pero no basta con decirlo de dientes para afuera, ya que en estos cuadros los celos difícilmente desaparecerán, ya que son el resultado de un proceso de baja autoestima inmadurez personal, infidelidad en su primera experiencia de pareja, traumas en la infancia, inseguridad personal provocada tal vez por haber vivido la infidelidad en alguno de sus padres. Bien la debida atención psicoterapéutica ayudará a controlar dichos problemas, pero el tratamiento deberá ser continuo y en algunos casos podrá durar más de un año, ya que es muy probable que el individuo celoso aprenda a guardar su problema y continuar siendo posesivo y crear una disfunción con cualquier pareja en un futuro.

Las ideas que tiene una persona celosa compulsiva son la parte más complicada y lo que lastima más al individuo ya que poco a poco va perdiendo el enfoque real de la situaciones y empieza a creer firmemente que todos a su alrededor y en especial su pareja en algún momento cometerán un acto de infidelidad y eso provoca un desgaste de energía muy considerable y generalmente pasan años en ese sufrimiento sin darse cuenta que los más afectados o los que más sufren son ellos mismos.

En la actualidad las parejas toman a la ligera la cuestión de comprometerse y hacer su vida en matrimonio, sin ser sinceros con su pareja y con ellos mismos y creen que al momento de vivir juntos todo esto desaparecerá ya que tendrán el control de su pareja, pero lo único que resulta es que estos celos, inseguridades o posesividad se convierten en lo que destruye al matrimonio, es por eso que deben preguntarse si en realidad el compromiso con una pareja es lo que quieren y no solo cuando llevarán a cabo un compromiso de vivir juntos o llegar al matrimonio, también cuando van a tomar la decisión de iniciar un noviazgo ya que es muy fácil confundir el amor con la codependencia y no existe eso tan común que se dice:

“cuando me case con el (ella) lo haré cambiar”

“ya me dijo que todo será diferente, que va a cambiar”

Así que toma responsabilidad de tu relación contigo mismo antes de perjudicar a los demás y desperdiciar el tiempo tuyo y de alguien más.

Nadie dijo nunca que el matrimonio es algo fácil de llevar pero si encima nos unimos a alguien para echarnos una carga tan pesada como es sobrellevar en nuestros hombros emocionales la desconfianza, los celos enfermizos, la inseguridad y los pensamientos negativos sería mejor pensarlo dos veces antes de comprometernos. Estas cargas son armas letales en la relación con nuestra pareja y son las que destruyen la mayoría de los matrimonios.

Las terapias psicológicas guiadas por un profesional de la salud mental, o los grupos de neuróticos anónimos, son las opciones disponibles para este tipo de personas y cabe resaltar que no existe un tiempo determinado para decir que se dejo atrás o se supero dicho problema, solo el terapeuta o psicólogo sabrá cuando es el momento apropiado para dar por terminado el tratamiento. Algunas otras corrientes de salud han demostrado tener gran impacto positivo sobre este tipo de casos, tales como: Yoga, Meditación, ejercicio constante, Tai-Chi, pero solo son coadyuvantes no trabajan sobre el área emocional.

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